El Gobierno de Nicolás Maduro en tonos despectivos, nunca deja de sorprendernos y sin embargo el artículo de hoy corresponde a una investigación que lleva en vigencia los mismos años que acompañan las bolsas de comida y su respectiva entrega. Pero antes de ello, vale la pena responder y definir exactamente qué son las bolsas del CLAP, quienes la controlan y cómo han sido parte insignia de los negocios que realiza el gobierno de Venezuela con los gobiernos exteriores que mantienen relaciones diplomáticas y dudosamente económicas con el mismo país y sus mandatarios.
Los inicios de la bolsa de comida se remonta a los años pasados de Fidel en la pequeña Cuba, cuando a través del mecanismo del racionamiento de alimentos se implementó la acesibilidad de un "aporte del estado" en el que ofrece productos de primera necesidad a precios relativamente accesibles para la inflación actual y la economía nacional. Posteriormente desde el año 2010 Venezuela empezó a desarrollar una inflación cada vez más significativa y con ello la implementación de nuevos recursos sociales, como justamente lo sería, la idea cubanamente importada, de las bolsas de comida que a través de los productos regulados empezarón a poseer mayor auge, sin saber que detrás del negocio de alimentos, se escondía -tan troyanamente a su caballo- el narcotrafico a través de estas bolsas de alimentos que serían el paquete con el cual movilizar grandes cantidades de drogas, y por supuesto, lavar dinero en el proceso, y todo esto, sin realmente abocarnos a un enfasis en el que resalte la dudosa reputación y calidad de estos alimentos, como tambien la encuesta aplicada, estadística y poblacionalmente del desprogreso generado por los mismos productos en la salud de los ciudadanos y el medio ambiente.
Al principio la bolsa de comida fue un recurso implmentado para personas en grado de necesidad, pues resultaba la medida socialista de poder generar ayudas alimenticias. Sin embargo, con el paso del tiempo, las bolsas empezarón a captar mucho más público debido al progreso de la inflación en el país, de forma que incluso la clase alta de la nación empezó a consumir los alimentos. Posteriormente la red de corrupción empezaría y muchos negocios locales tomarían los productos entregados a traves de las bolsas de alimento para revenderlos públicamente en mercados normales o comunales. Pero todo este informe esconde muchos más datos de interés que deberían ser tomados en cuenta, por ejemplo el uso de las bolsas de comida como incentivo social a clases de bajos recursos para promover políticas maduristas y chavistas, la negación de estos alimentos por parte de grupos armados o consejos comunales (quines con los meses asumieron esta labor ciudadana) a personas que conformaban clase media o alta, con la injerencia de que esos alimentos habían sido creados únicamente para el rescate de los desfavorecidos.
En el año 2016 las bolsas de comida correspondieron a la normalidad venezolana, pero esto no significó que no continuara el abuso por parte de miembros del gobierno, mafias internas, consejos comunales, grupos militares y colectivos. Teniendo en cuenta que dicha investigacón acerca de esta índole ha sido perseguida y bloqueada por muchos medios de comunicación, países, ministros y gobiernos, justamente por el temor de encontrar más hechos que puedan desbalancear el negocio que existe en la actualidad a través de las mismas. No obstante, uno de los mecanismos más recordados de este sistema era la conformación de grupos de control relacionados al consejo comunal en el que a través del carnet de la patria o la cédula de identidad (en su terminación o digitos) correspondía el día o la fecha en la que los alimentos debían ser entregados a la persona. Sin embargo, produciendo algunas incongruencias como por ejemplo el hecho de subsistir unicamente con una bolsa de comida mensual, la cual siendo muy conservadores no podía prescindir más de siete días; además del hecho fundamental que significa únicamente alimentarte o a tus familiares de empresas del gobierno o relacionadas; empresas que directamente no tendrían el rostro de Diosdado Cabello, Rafael Lacava, Padrino Lopez o incluso Tareck El Aisami, pero que en su dirección estaría claramente identificados.
Fue entonces que las bolsas de comida empezarón a cobrar mayor presencia en la actualidad venezolana, incluso creando nuevas dependencias del pueblo con el gobierno. Asimismo, fueron muchos los casos de personas que participaron activamente en la marchas y protestas en contra del gobierno, los cuales se les negó el derecho al recurso alimenticio, y de la misma forma, a personas que públicamente mostraron su rechazo al gobierno de Maduro, siendo entonces un claro mensaje de que el derecho alimenticio de las bolsas de comida estaba dirigido única y exclusivamente al agrado y simpatias del dictador y su gabinete. En la conformación de estas bolsas de comida llegarón a estar presentes productos de extraña reputación e injerencia extranjera, como por ejemplo, provenientes de México, productos fantasmas que simulaban la harina de maiz y que al mismo tiempo se divulgaba que en su mezcla se podría encontrar incluso residuos en grandes cantidades de cal y que se conoce por ser extremandamente tóxico para el organismo; como también el debate que sigue presente y corresponde a la calidad y estado del atún, el cual ha sido tendencia en varias plataformas sociales a través de videos que muestran como dicho enlatado está en condiciones no adecuadas o que asimismo posee una naturaleza distinta, llegando a estar presente algunos comentarios que lo comparán con "carton" o algún tipo de papelería.
Esta investigación de rigurosos detalles, sigue deslumbrando nuevos aspectos que persiguen las bolsas de comida desde su inicio y nacimiento, pues ahora, a través de declaraciones terceras, ha nacido la declaración de que las bolsas de comida también han sido utilizadas como mecanismo de transporte para drogas de todo tipo, entrelazadas a mafias directas con el señor Nicolás Maduro, facciones de la FARC y guerrilla, como también gobiernos de izquierda presentes en la zona latinoamericana que conforman un núcleo de ayuda sistemática en la que a través de su cooperación, desvíiando no solo grandes cantidades de dinero, sino, que también tomando las determinaciones económicas de distintos grupos de países. Pasando entonces las bolsas del clap, o las bolsas de comida a una nueva posición en la que a través de la corrupción también favorecen a la actividad ilícita de muchos involucrados. Por supuesto, que habría que investigar no solo a quienes controlan y dirigen las mismas, sino también a todos los consejos comunales que están presentes y que hacen la famosa "repartición" pues en su labor de dealers estarían claramente involucrados, pero, del mismo modo, también debe existir el interés en la búsqueda exhaustiva de los dueños correspondientes a los alimentos que conforma el CLAP, sus intereses, estados de cuenta, propiedades y mucho más; sin olvidarnos de la relación que existe entre los miembros del gobierno de Venezuela y los demás países que alguna vez han dotado o surtido algún alimento para este tipo de comercio.
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