Para aquellos que siguen mi columna desde hace varios meses, seguro se habrán dado cuenta que mi ojo periodístico en muy escasas oportunidades deja escapar los hoyos y paréntesis que ocurren en la actualidad noticiosa de Venezuela. No obstante, el artículo de hoy nos invita a un nuevo debate crítico en el que se abre el espacio dedicado a la investigación que -a su forma- nos refleja la preocupante situación que es derivada para el gabinete de Maduro y sus aliados. "Aquellos que no le sirven al gobierno de Maduro, los desaparecen" aunque esta medida ha estado desde incluso el primer periodo de Chavez, por supuesto, que esta clase de mandatarios no dejan cabos sueltos, ni tampoco les conviene. Aunque seguramente soy uno de muchos más que se han percatado del asunto, pero soy uno de los pocos que tiene el valor de publicarlo, y a eso me refiero; a las víctimas que han caído por manos del gobierno, que en su intención de silenciar por plena conveniencia, se han
Empezamos con la columna con una frase sincera pero acorde a la ocasión: "sí se nota ulceras, no es de quién las tiene, sino, de la sociedad" El señor Guaidó ha tenido que tomar acciones que a su conveniencia aseguran la salvaguarda y protección de su familia, quienes, él mismo ha declarado una preocupación muy grande de la que incluso poco puede comentar. Dicha preocupación posee una relación directa con el Gobierno de Nicolás Maduro, las amenazas directas que ha sostenido con los grupos opositores y especialmente con aquellos que han estado más presentes en la vanguardia política venezolana. Dicen los medios de comunicación qué "Guaidó no fue tratado con las condiciones que se recibe a un miembro político en Colombia, fue sencillamente negado y expulsado". No obstante, el escape del señor Guaidó y su paso entre Venezuela, Colombia y Estados Unidos ha sido duramente críticado, especialmente por el carácter del presidente Petro quién señaló publicamente