Existen muchos candidatos que anhelan la presidencia del país, sin embargo, en esta ocasión me conformaré con un número cerrado, con los rostros más comunes en la política actual.
Oficialismo:
Nicolás Maduro:
Uno de lo puntos que se debe entender y que al mismo tiempo tiene valor en la mesa de investigación política, es que a través de los años los miembros afiliados del gobierno u oficialismo siempre han hecho campaña, y esta es una verdad que acompaña el sentido; el oficialismo nunca deja de hacer campaña, es perpetuamente un ganar y comenzar de nuevo. Siendo tan retórico hasta el punto de que el mismo Nicolás Maduro repite el patrón de su antecesor, nunca detener el afán popular, las actividades y festividades políticas. Es entonces que las mentes más serenas en opinión política llegan a la conclusión de que el oficialismo nunca ha dejado de hacer campaña política, es su día a día, y podríamos decir que ya está adjunto a su naturaleza de gobierno.
Maduro es un títere, pues se trata del reflejo de una política fallida, representa tiempo de crisis, mala autoridad y gestión, incluso, asincronía y descontrol de sus propios colegas y miembros adjuntos. Por más irónico que resulte, todos sus "aliados" pertenecen a grupos radicales de posturas dogmáticas que pretenden estigmatizar a la sociedad con sarcásticas ideas de izquierda y libertad, manchadas de un rojo violento y despiadado. Pretende ser la solución de problemas que él mismo en su poca coherente gestión ha generado. El apoyo con el que contará estará estrictamente ligado a sus actos de corrupción, las personas que con bases de investigación se ha demostrado que son obligadas a votar por el oficialismo, además de sus verdaderos aliados, partícipes de sus negocios infames e irresponsables.
Oposición:
Juan Guaidó:
Personajes como Guaidó son repetidos y desde el punto de vista moderno, quienes siguieron fielmente cada uno de sus paso debe reconocer no solo las fallas, sino, también sus carencias de visión y estrategia política. Otro de los términos que acompaña al señor Guaidó es el carácter de estar cansado y en muy pocas veces haber logrado lo que en el estudio de la cultura y la sociedad se apoda "la chispa", y en este momento en que se analiza a dicho personaje como posible candidato, dudo profundamente que tenga una valoración positiva. Aún más, sabiendo que sus manos siguen manchadas por la convocación de protestas públicas y manifestaciones sociales que únicamente provocaron la salida de Leopoldo López, pero que al mismo tiempo, no permitieron una de las promesas que erigió frente muchos -y debo agregar- una palabra tan ajena a estos tiempos tan difíciles de nuestro país: la democracia y la libertad. La crítica con la oposición debe ser más implacable, porqué nunca se esperó nada de Maduro, en cambio, de Guaidó, creo que todos esperamos demasiado.
Bernabé Gutierrez:
Bernabé es la muestra más idónea de cómo a través de los años se puede fragmentar el pensamiento, los valores y los partidos. Siendo precisamente el mayor culpable de haber entregado partidos de legado de oposición a las manos del gobierno "buscando supuestas soluciones" que hasta el día de hoy, no han resuelto ningún conflicto. Este personaje político es quizá la representación de la oposición en los tiempos difíciles, su forma de actuar, convencer y resolver los problemas -como siempre- a través del negocio, la irónica diplomacia que practican cuando nadie los está viendo con whiskys en mano y viajes exquisitos por lujosos hoteles. Guitierrez fue un golpe muy violento para miembros de tradición de oposición, sí, es un traidor, pero marcó una nueva postura en el país, y fue el primer rostro que motivó la división de Acción Democrática. Ahora el señor Guitierrez quiere la presidencia para sus propios fines, no ha logrado absolutamente nada desde que se afilió al Gobierno y todos se preguntan ¿Qué podemos esperar?
María Corina Machado:
María Corina ha sido uno de los personajes de oposición con inquebrantable voluntad y decisión política. Sin embargo, su falta de acciones reales que conduzcan a un cambio más allá de las redes sociales, no ha sido lo más palpable políticamente hablando. Corina tiene seguidores y tiene la chispa, pero necesita más que eso para efectuar un nuevo paradigma en la política venezolana. Más allá de ser mujer, en este momento, que ella ya no se encuentra directamente afiliada a los partidos de oposición, y que al mismo tiempo, no obedece estrictamente los designios del señor Guaidó, entonces encuentro alguna posibilidad razonable, más esto no la convertirá en el candidato más adecuado para la selección.
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