No he sido el primero en ilustrar un camino exclusivamente explorativo en el área de la Anti-Política y sus efectos en el estado, el gobierno y la sociedad. Sin embargo, he querido dedicar unas palabras en favor a la ampliación del concepto con una percepción más propia y fácil de entender desde un principio de abstracción y dialéctica.
La Anti-Política nace de una corriente discrepante a la política en estudio social, es quizá la antítesis de la misma, pero, tomando en cuenta su objetivo primitivo: el resultado de un grupo alienado a los derechos de la libertad de expresión y la lucha ideológica. Asimismo, propone la superposición del Gobierno como ente regulatorio que velará porqué sus intereses estén relacionados directa o indirectamente a actividades que promuevan el descarte o rechazo a la política sin necesidad de estar hablando de una consecuencia apolitica; sabiendo que el "apolitico" o su corriente filosófica no podrá ser validada en esta cátedra por su principio de contradicción al "polis" que proviene del latín (todos). De esta manera, negando el "todos" existiría ninguno, y entonces todo esté debate perdería significado. Cabe destacar que no pretendo reconstruir lógicamente un argumento que contradiga a la tendencia apolitica, sino, la comparativa y estudio epistemológico que se pueda reflejar en una evaluación crítica y teleológica.
Llega a nosotros la Anti-Política, un propósito derivado de los objetivos terceros de gobiernos y sistemas políticos nacidos para la creación de grupos discrepantes y desinteresados a sus derechos y libertades sociales. Y es lo que pretenden, estas personas, empalagarnos de noticias y hechos de poca relevancia o poco resultado. Conjuntamente, Jürgen Habermas había relacionado el estudio de la manipulación comunicativa a efectos similares. Puesto que, en sus teorías diagnosticó una estratagema que laboran los gobiernos para distraer a la población de lo que en realidad ocurre, manteniendo al colectivo en ignorancia realista de su alrededor, de lo que importa, y de lo que deben ocuparse.
Cabe destacar, cómo toda herramienta manipulativa que condiciona al ser en su derecho y libertad. Posee un epistema de carácter fenomenológico adjunto a la conveniencia. Lo que inicialmente retomo entre palabras es y siempre será el retorno a la visión y cátedra política en garantía del futuro que nos espera. Se trata entonces de luchar y saber cómo defendernos ante la manipulación comunicativa y sus consecuencias. "El ser del siglo XXI ha caído en un vacío tan espiritual en su vaivén de contradicciones que incluso se encuentra más errado que convencido de sí mismo y lo que compone su al rededor".
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