Guaidó destituido, Maduro aferrado ¿Y entonces, la democracia para cuándo? - Abelardo Bravo, Columna de Opinión
El año 2023 ha sido quizá uno de los inicios más controversiales de la narrativa política venezolana; ahora el personaje internacional reconocido y desconocido por algunos como "presidente interino" de nombre de pila Juan Guaidó fue destituido con más de 20 votos a favor, dejando nuevamente a la oposición en carencia de liderazgo participativo, y dividiendo una vez más a la alianza política que se encuentra en contra de la presidencia del señor Nicolas Maduro Moros. Dicha destitución enmarca un nuevo aspecto que involucra las elecciones próximas para representante oficial de la oposición, entre algunos de los comentarios más importantes destaca el nombre y figura de María Corina Machado quien para muchos no sería solamente una mejor candidata y sucesora del legado opositor de Guaidó, sino, conjuntamente una administración más transparente a diferencia de su antecesor.
Parte del problema de Guaidó frente su gobierno fue quizá las acciones que a pesar de tener un fundamento social y político, no lograron exactamente demasiados triunfos; es probable que el mejor nombre que podríamos alegar al señor Guaido sea su rol de salvaguarda y representante. Al inicio de su mandato muchos países reconocieron su labor y apoyaron directamente la iniciativa, pasando por encima de los conocimientos y controles de Maduro, y tomando la gerencia dominante de la oposición. Sin embargo, sus ultimos dos años presentaron un dilema bastante específico: la disonancia de sus acciones en favor y desfavor a los movimientos democráticos, además de ciertos negocios que han quedado en evidencia, los cuales involucraban directamente a miembros activos de la oposición y del mismo gobierno.
En su inicio Guaidó decidió tomar la batuta con una postura firme, dicha postura permitió incluso la liberación del entonces preso político Leopoldo Lopez e incluso a través de las manifestaciones y movilizaciones masivas en las calles venezolanas casi ubicó el jaque mate para el mandato de Nicolás Maduro. La política de a ratos es una de las características que más logró empapar a Guaidó, era clara su aparición y desaparición de los medios de comunicación siendo justamente una figura de gran relevancia para la nación y toda latinoamerica. Se debe tomar en cuenta que: "para Maduro fue más que un rival en la mesa de acciones políticas, pero, para los venezolanos de diversos grupos sociales fue tildado de ineficiente y poco práctico en las medidas que gestionó en diferentes puntos de su historia".
Resulta extremadamente importante que se considere que la despedida de Guaidó en sus labores políticas puede significar lo que muchos politologos han considerado como el retorno al reconocimiento de Maduro como presidente y representante de la nación. Es quizá una de las mayores problemáticas que resultan de esta nueva medida; y ahora Venezuela urge con desesperación un nuevo líder que atienda las necesidades del pueblo y responda las carencias que los gobiernos de Maduro y Guaidó no han podido desarrollar. Pero una de las preguntas más importantes en este caso, sería el tiempo que demorará la nueva decisión en tonos a una elección participativa en los grupos de oposición; asimismo, asumiendo la responsabilidad social, humanitaria y política que demanda la nación empobrecida y cada vez en mayor cantidad de problemas por mandatos que no han beneficiado de ningún tipo a sus habitantes.
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